miércoles, 15 de mayo de 2019

TEMA DE LOS PASOS IV. Oración en el huerto y Prendimiento de Cristo

Oración en el huerto y Prendimiento de Cristo.

Jesús se retiró al Huerto de los Olivos, próximo a Jerusalén, acompañado por los Apóstoles. Llegado al lugar tomó a Pedro, Santiago y Juan y, alejándose de ellos, entró en oración con el Padre. Sin embargo, aunque los relatos de los tres sinópticos concuerdan en el aspecto esencial, ofrecen algunas variantes que se reflejaron en la iconografía. Mientras para Mateo (26, 39) y Marcos (14, 35) Cristo rezaba postrado, el rostro contra la tierra; Lucas (22,41) refiere a Jesús estaba arrodillado. De ahí que las representaciones artísticas del momento pasional (más en escultura que en pintura) presenten siempre la figura del ángel reconfortando a Jesús.

Las regiones de Castilla León, Murcia y Andalucía tienen excelentes obras escultóricas en este sentido, tanto en relieves como en imágenes exentas. Valgan como muestras las siguientes: el grupo de Cristo y el ángel, de Francisco Salcillo, del siglo XVIII, en el Museo Salzillo de Murcia (la imagen del ángel ha sido reproducida incansablemente); El Cristo de la Oración en el Huerto, atribuido a Gregorio Fernández, en la Penitencial de la Vera Cruz de Valladolid; el Cristo Orando en el Huerto, conservado en la capilla Sevillana de Montensión, tal vez, es “obra documentada” de Jerónimo Hernández, en 1578. Por último en nuestra provincia tenemos en la baezana iglesia de San Andrés, el Cristo de la Oración en el Huerto, obra de Pedro de Zayas.

 El Prendimiento, por Francisco Salzillo.
(Museo Salzillo, Murcia).


En Úbeda se cuenta con un “paso” de la Agonía ejecutado por Federico Coullaut Valera en 1946. Algo frío de expresión, la agonía se sustituye por una contemplación de la aparición angélica que muestra a Jesús un cáliz en su mano. El gesto de Jesús arrodillado con la mano a la altura del pecho evidencia este aspecto; por lo demás, su figura se resuelve con los recursos habituales, en los que destaca la nota reflexiva y la intensa palidez de su rostro. El ángel se revuelve con una policromía muy clara y brillante y con una descripción anatómica correcta pero fría. El resto de las imágenes muestra a los apóstoles dormidos, resueltos de forma correcta y natural. Este grupo se guarda en la iglesia de San Pablo.

Concluida la agonía en Getsemaní, Jesús despierta a sus Apóstoles en el mismo instante en que Judas, acompañado por los soldados y sayones, penetran en el huerto para prenderle. Según San Juan (18, 4-8), Jesús, que sabía todo lo que iba a suceder, se adelanta y les pregunta: “¿A quién buscáis?” Le contestaron: a Jesús Nazareno. Cuando les dijo: “Yo soy”. Retrocedieron y cayeron en tierra.

Es decir, el evangelista nos muestra el primer momento del proceso de la Pasión de Cristo, que tiene escaso reflejo en la escultura religiosa española. Rara vez representado en Castilla León, posee en Madrid, la fuente de toda la tradición imaginero que con el nombre de Prendimiento o Rescate de Jesús se venera en las regiones centro y sur de España. Nos referimos al Nazareno que se venera en la iglesia de Jesús de Madrid, con el nombre de Cristo de Medinaceli. Esta imagen, por diversas circunstancias, pasa de África a España al ser rescatado de las manos de los “infieles”. El culto dado a ella por la Orden de frailes capuchinos de Madrid, con el apoyo de la casa ducal de Medinaceli, se extiende poco a poco por la península, gracias, en parte, a los trinitarios descalzos, fundados por Fray Juan Bautista de la Concepción. De tal manera que junto a algunos de los conventos reformados surgían cofradías bajo la advocación del Señor o Cristo del Rescate.

A imitación de la majestuosa imagen madrileña, del XVII, existen en cuantiosos templos del centro y sur de España reproducciones más o menos afortunadas de aquella, si bien destacaremos por su originalidad al Cristo del Prendimiento, de Salcillo, en Murcia, que se basa en el relieve genial de Gabriel Yoli, en la iglesia de San Pedro de Teruel; al Nazareno rescatado, de la parroquia de Nuestra Señora de Gracia, de padres trinitarios, en Córdoba, labrado a fines del XVII por Fernando Ruiz Díaz de Pacheco, o al Recate de la iglesia de La Magdalena de Granada, obra admirable de José de Mora. De nuestra provincia cabe destacar de Baeza una excelente imagen bajo esta advocación destruida en 1936, La talla era de vestir y poseía, siempre según los documentos gráficos, bella expresión. Su traza bien pudiera pertenecer al siglo XVII; tal vez de la escuela granadina, según documentación.

Las escenas paralelas del Beso de Judas y el Prendimiento de Jesús por los soldados. Ambos momentos del ciclo se hallan representados muy escasamente en las localidades de nuestra provincia. Quizá el caso de Jaén sea el más característico, mostrando al apóstol traidor en la acción del beso. Es obra del sevillano José Antonio Navarro Arteaga ejecutado en 1992. Suplanta al realizado por Juan Abascal en 1967.

En nuestra ciudad de Úbeda. Conservábamos en el magnífico retablo que Andrés de Vandelvira hiciera para la Capilla del Hospital de Santiago, un relieve representando el Prendimiento de Cristo. Este retablo con tallas de Luis de Zayas y Blas de Briñó. Fue desmantelado durante la última guerra civil de 1936. Aludir también que en la parroquia de Santa María, se venera con gran devoción una imagen de serie de los años cuarenta del Cristo de Medinaceli.


Por último destacar que el pasado día 17 de Enero de 2004, se bendice en el Santuario de María Auxiliadora, la nueva imagen titular de Cristo, de la Hermandad Salesiana de Cristo del Prendimiento. Fue encargada al escultor Bernardo Foronda Lozano. Esta imagen de Jesús en su Prendimiento es una obra de gran corpulencia e innegable carácter barroco no carente de expresividad serena.

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